“-¿Cómo es que un flaco puede llegar a sudar tanto?- le dijo
un día a Felisa.
-Usted no suda, se acalora, si me permite que le diga.
- ¿Me está diciendo que soy fogoso, Felisa? ¿Fogoso como el
que va buscando bragas en el metro, o tetas en la playa, fogoso como el que se
asoma con descaro al escote de su secretaria, fogoso como John Malkovich en aquella película…
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