miércoles, 7 de marzo de 2018


Miradas


Estoy cansada
de topar con sombras y vigilancia feroz.
Intento rasgar el muro que protege las emociones
y escalar las depuradoras que filtran, que adulteran
los escalofríos, las risas,
los carruseles que giran en el pecho como lluvia
que se derrama.
Intento traspasar las tinieblas, las repisas que sostienen
el frágil material del que están hechas las miradas.
Las miradas de azulejos rotos
las de pestañas como soportales
las de verde oleaje donde se asienta el nautilo
las de ambarinos tentáculos
las de azúcar moreno
las de trigales rubios
las de hebras de tabaco que se inclinan a la llama
las de laguna negra
las desnudas integrales
las que soportan lejías
las de color caoba que conversan con los libros
las de pulpa carnosa
las de piel rojiza y sensible
las que cruzan el estrecho de los corazones fríos
las de mantel y vino derramado
las de hogazas calientes y pies fríos
las de pelo mojado
las de cuello flexible
las de roca con grietas
las de tierra compacta
las de horizonte claro.
Miradas como peces
arrancados a la fuerza de su elemento.
Sobre todas ellas
se debate una tormenta de silencios
que estallará como un espejo,
que limpiará las calles de cataratas.