martes, 27 de marzo de 2018






Manifiesto sensible


Peco de ingenuidad, y lo celebro. Mi zona sensata, alerta, sobria y adulta me hacía sombra, había tanto espacio en blanco para rellenar, que sólo venciendo prejuicios alcanzaría la virtud de creer por creer.
Hay que recorrer un largo camino para llegar al principio, cuando los hombres y los dioses se tuteaban y las fuentes eran dones de la tierra sin contaminar. Quiero ser novicia sin clausura, abrir los porticones a la gracia de pecar con inocencia, como pecan los niños.
Ahora por fin cayeron tantos ángeles y se quedaron los necesarios para sostener esta clepsidra y este caracol de concha ligera, y me habita un bosque manso como una tarde de lluvia con chimenea.
Miro a mis nietos de tú a tú, y nos comprendemos. Su clarividencia es tan sutil y tan poderosa, que la confundimos con inocencia. Ver para ellos es sentir, visionarios en un mundo que se ha quedado pegado a la última capa de cemento. Lo inmediato es para ellos lo principal,lo abordado con total ilusión y fe. Hay que ser muy noble y estar muy vivo para mezclar todos los colores en los lienzos vírgenes sin perder un solo momento sin dudar de que sabemos todo lo que sabemos.
Es verdad: quiero tener una madre joven, como ellos, y no rezarle a una madre muerta. Pero eso no es posible, las vigas de acero se han combado lo suficiente para hacerme entender que se puede construir con esquinas, ángulos, finas redes de viento o de humo, y sobre todo con risas.
Hay mucho techo falso, y mucho trampantojo. El tejido conjuntivo pide segundas y terceras oportunidades. La regeneración del mito, el despegue de las alas para este vuelo solemne que alcanza cumbres insospechadas.
Si me veis cantando en una charca, olvidad mi perfil personal, mis creencias van saltado de piedra en piedra, ya no disimulo que me gusta.



domingo, 25 de marzo de 2018




Cosas que queman (a veces)


Una brasa en el corazón
un recuerdo
un olvido
la punta de la lengua
la glotis cuando no puede tragar
los telediarios
los bosques
las sábanas del insomnio
las ciudades y su destreza en asimilar verticales
el rojo abrasado por el miedo
el cráneo y sus murmullos cavernosos
las nubes de avispas como hojas de afeitar
la letra pequeña, su correa tensada
los ojos de los monos cautivos
las sirenas y sus delirios de grandeza
las selvas de la noche sin carmines ni coloretes
los oráculos
los zarpazos de pantera del mar oscuro.
los rayos sádicos
las serpientes de cascabel y sus rituales
las palabras no dichas
las palabras rencorosas
la lencería barata de los mítines
parir
vomitar
hablar en público
enfermar
ser humillado
claudicar
golpear-golpearse
desbordar-desbordarse
enterrar-enterrarse
intimar-intimarse


jueves, 22 de marzo de 2018


La flor de los días


Acercarse a la felicidad
como a un pozo de brocal estrecho.
Saber que una cándida amapola
se yergue desde lo húmedo.
Libar el cedro, el contagio
el dulce secreto del beso.
Alimentar jardines sonoros
y como un  pájaro amar el primer rayo
y el último soplo.
Ver la mañana deslizarse
la mañana corta y hacendosa
que se abre en párpado anhelante.
La flor de los días cede su ópalo
y sus caracolas a tus sienes;
su claridad se derrite en tu pecho como cera fina.
La fibra sensible tiembla con su sal y su azúcar
en un molinillo de giro inesperado.
Esta es mi flor de hoy.
En un día descalzo
de brisa enamorada.






miércoles, 21 de marzo de 2018

palidofuego: Muerte y resurrecciónLos inocentes, ¿tienen en...

palidofuego:

Muerte y resurrección

Los inocentes, ¿tienen en...
: Muerte y resurrección Los inocentes, ¿tienen en sí mismos el perdón? Pues los retoños de ese cuerpo yacente lucen corolas y en su lab...


Muerte y resurrección

Los inocentes, ¿tienen en sí mismos el perdón?
Pues los retoños de ese cuerpo yacente lucen corolas
y en su labio brillante el aire alza campanas.
Flirtea el sol con los anillos
en la memoria sesgada del agua. Veo su majestad, una versión de su alma
y de todas las almas que han sido vapuleadas, forzadas
oscurecidas, cercenadas
que cayeron como tejas rotas
y que han apurado sus límites hasta escupir un verde triunfante.
Veo también al árbol talado que se aferra de uñas a la tierra
como si no creyera del todo en el cielo
como si pensara en el caer lento
en el otoño y sus chapuzas
en los mensajes del leñador
...en las orugas.
Todo esto veo, sin descartar estaciones, luchas, triunfos, sacrificios y ventura.



miércoles, 14 de marzo de 2018




Un hombre no es una isla


Vi a un hombre con la mirada brillante; no sé si lloraba o reía,
era sombra y era carne su rostro,
andaba erguido como soldado que perdió su petate
y partía con los pies descalzos, el corazón al aire.
Seguía caminando como una gran tijera que abría el horizonte
y me miraba a su vez,
con un amor furioso y una boca entreabierta en la que podían rondar las moscas
o las flores, depende del momento,
enseñando sus encías y la nuez de su cuello, que tragaba estrellas de barro
guirnaldas de amor y un llavero con llaves y cruces.
El hombre en cuestión se alimentaba de cerveza, de migajas de letras
de las cartas que forraban la mesa de su banquete nocturno.
Sufría y se rompía en el potro del silencio, en la cúspide de su Anapurna,
en el rocío flotante de sus sueños
o, escandaloso, cantaba himnos desde el hígado regado con llamas
con prolongados ayes de Camarón, roca viva.
Era espuma galante su verbo, mas no creía en Dios,
sólo en caballos de pura raza árabe,
sólo en tormentas que transforman árboles en mariposas de paja
en procesiones de cucarachas avanzando en el crepúsculo.
Quién sabe lo que este hombre tejía en horas muertas,
la sal que contenían su salero y su boca, la luz distinta de su bosque
en estaciones de ruiseñores o de halcones.
El no sabía que yo no sabía

que cuanto más conozco a los hombres más los amo
¿dónde está escrito que un hombre es una certeza de sangre espesa
un camello de lomo hueco que cruza el desierto sin saliva,
sin lágrimas, sin palmeras, con fiebre de agua?




martes, 13 de marzo de 2018




Círculo vicioso.



Los lentos dinosaurios de los años se pulen
en tempestades ciclicas.
                           
                    La fortaleza de la juventud es más osadía que valor.

Quedan las corrientes como tambores en el patio, las arcillas dormidas en el desvan,

quedan los actos,
                     aunque no siempre me reconozco en ellos.

Todos los dedos juntos en plegaria no pueden detener el tiempo
                     
 El tiempo es ese perro que busca su propia cola.

A veces soy una extraña, y asumo la cicatriz pero me ahogo en la herida.

Miro hacia aquella de trenzas que cantaba firme,
                      y el trazo de tiza se desdibuja

el nervio vivo resistió la embestida y como un imperio marchito,
como lluvia desteñida
                       pasea su estupor entre colmenas deshechas. 

Los gallos en la alacena estaban huecos por dentro,
fue el descubrimiento más terrible,

y los ríos acababan en prados donde sólo el buey se saciaba.

No había mares para desovar canciones.

Estoy amando por amar.

Soy una rosa temprana, la escarcha ya heló mi corazón.


sábado, 10 de marzo de 2018

palidofuego: Unamanzana no grita. Ellaestá en lo alto y...

palidofuego:




Unamanzana no grita.


Ellaestá en lo alto y...
: Una manzana no grita. Ella está en lo alto y luego cae. Su engaño fue registrado sin documentación precisa. Era la...





Una manzana no grita.



Ella está en lo alto y luego
cae.
Su engaño fue registrado
sin documentación precisa.
Era la reina del paraíso
y una serpiente envidiosa la difamó.
Desde entonces carga con una culpa
de la que nunca fue redimida.
Por segunda vez fue víctima
de un complot de madrastras
del veneno de la belleza, lejana y al acecho.
Newton comprendió que era una fruta triste
sometida a una fuerza indeclinable
al rechazo del aire
y al trino ahogado del gorrión exhausto.
Que tras brillar como esmeralda o rubí de seda
regresaba a la tierra descompuesta
como una novia que ha esperado el beso de un soldado.
Que se rinde al surco o al diente
y cae.
¿Oís gritar a la manzana?
Una manzana no grita
brilla y después, sin más
cae.



jueves, 8 de marzo de 2018




Aguafuerte



Soy liviana a pesar de mis kilos
soy joven a pesar de mis años
fuerte a la vez que vulnerable
profunda en mis aguas tranquilas.
Soy bella porque tengo vida
soy grande por mis ilusiones.
Mis ovarios no están para imponerse. Se confabulan con la creación.
Tengo mis lunas, y también mis soles.
No me gusta ser costilla
ni sombra
ni usar tanto el tejer, y el esperar, y el perder.
Mis pechos me preceden como un estandarte de gloria femenina.
Soy dardo si me amenazas
soy diana cazadora.
Soy la voz que clama en los desiertos.






miércoles, 7 de marzo de 2018


Miradas


Estoy cansada
de topar con sombras y vigilancia feroz.
Intento rasgar el muro que protege las emociones
y escalar las depuradoras que filtran, que adulteran
los escalofríos, las risas,
los carruseles que giran en el pecho como lluvia
que se derrama.
Intento traspasar las tinieblas, las repisas que sostienen
el frágil material del que están hechas las miradas.
Las miradas de azulejos rotos
las de pestañas como soportales
las de verde oleaje donde se asienta el nautilo
las de ambarinos tentáculos
las de azúcar moreno
las de trigales rubios
las de hebras de tabaco que se inclinan a la llama
las de laguna negra
las desnudas integrales
las que soportan lejías
las de color caoba que conversan con los libros
las de pulpa carnosa
las de piel rojiza y sensible
las que cruzan el estrecho de los corazones fríos
las de mantel y vino derramado
las de hogazas calientes y pies fríos
las de pelo mojado
las de cuello flexible
las de roca con grietas
las de tierra compacta
las de horizonte claro.
Miradas como peces
arrancados a la fuerza de su elemento.
Sobre todas ellas
se debate una tormenta de silencios
que estallará como un espejo,
que limpiará las calles de cataratas.