martes, 19 de enero de 2016

Los perdedores





Los perdedores
Los veo en las puertas de los cines,
o clavados en taburetes
con una cerveza en la mano y un nudo en el corazón.
Atentos al aire que lleva un perfume indiscreto,
el antiguo perfume de la traición o el olvido. 
Asaltando jardines, aves del paraíso y una silueta de espaldas
que en una esquina breve gira la cabeza
y descubre fronteras implacables
hormigón donde se estrellan esperanzas hiperventiladas.
Para esos hombres que no atinaron a huir ni a quedarse
cuelgan besos en racimos de árboles fieros como lobos
besos que van de Barcelona a Pekín, del Mar Negro al Río de la Plata
para acabar en la fosa común de los sueños anegados.
Ellos, los que amaron y no fueron indemnizados
los que cayeron en las húmedas garras de una sonrisa
y  nunca salió de su boca un puñal
para clavar la cruz de una fidelidad de pecho tatuado.