jueves, 22 de marzo de 2018


La flor de los días


Acercarse a la felicidad
como a un pozo de brocal estrecho.
Saber que una cándida amapola
se yergue desde lo húmedo.
Libar el cedro, el contagio
el dulce secreto del beso.
Alimentar jardines sonoros
y como un  pájaro amar el primer rayo
y el último soplo.
Ver la mañana deslizarse
la mañana corta y hacendosa
que se abre en párpado anhelante.
La flor de los días cede su ópalo
y sus caracolas a tus sienes;
su claridad se derrite en tu pecho como cera fina.
La fibra sensible tiembla con su sal y su azúcar
en un molinillo de giro inesperado.
Esta es mi flor de hoy.
En un día descalzo
de brisa enamorada.