En uno de mis paseos por la orilla de la playa de este Mediterráneo nuestro escribí este poema. (Imagen de internet)
Al mar
La
intensidad de tu llamada me seduce
mar
glorioso
y tengo
que cambiar de rumbo de inmediato
para no
lanzarme a tus brazos.
El
dulce vértigo de tus olas
hace
difícil la resistencia;
apiádate
de mí que soy de barro
acepta
que te contemple como palmera joven
que eleva
su verdor al firmamento.
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