Reseña de Haydee Vargas sobre la antología poética "Ávida vida"
ÁVIDA VIDA y las cuestiones del corazón
Sin temor a exagerar, la castellana Maribel Montero lleva
poesía en sus venas, porque la poesía no circula sólo en su libro de poemas Ávida vida, sino también en su novela Los tulipanes son un buen comienzo. Al
leerla nos convencemos inmediatamente de su pasión por el juego creativo. Ella
es maestra en el tejido del texto poético y narrativo. Cincela la materia
literaria para moldearla en una exquisita obra de arte.
Su primer poemario Ávida
vida presentado el pasado 15 de abril en el Ateneo de Barcelona, es un
libro compuesto por 62 poemas y organizado en dos partes: Unidad de cardio y
Terapias alternativas. Títulos aparentemente científicos pero dirigidos al
corazón de los sentimientos. En unidad de cardio se considera los daños; y,
Terapias alternativas sugiere, como lo dice el título, los posibles
tratamientos con reflexiones oportunas.
El poema Pertinente
de la primera parte dice: “De este asombrado destrozo/ que eligió la aurícula
izquierda como almacén de residuos/ rescataré al menos un par de recuerdos;/ la
frágil vajilla de besos embalada en la última mudanza/ … el corazón es ahora
una cámara oscura/ donde se revelan carretes de otros tiempos”. Ese órgano y motor de nuestra vida se
transforma en un espacio donde se almacenan recuerdos, a donde volvemos
continuamente para encontrar las razones que necesitamos.
La autora versa sentimientos encontrados, cuestiona sobre la
vida intentando dar una explicación a los múltiples desconciertos: “Verás
querido Dios yo no te pedí nacer/… tenemos un pleito pendiente/ y entretanto,
te exijo que me mandes risas/ y derrames
sobre mí tu bondad…”. Sale de la turbulencia de sentimientos, hace un balance y
surge renovada y consciente para
transmitir esa emoción idea que nos convoca a través de las imágenes visuales:
“La cuestión es mutar/ de gusano en mariposa/ y avivar la llama de la vela…”.
Los versos de Maribel denotan perfección, tienen la
dirección correcta, van hacia el motor donde se
anidan y nacen los eternos sentimientos. La autora de Ávida vida se mueve con la pericia de
los grandes, dando al conjunto un sentido único y a la vez multiplicado en variadas
concepciones: “Hay faros que rompen el corazón de las tinieblas/ y alientan
auroras imposibles…”.
Si su libro evoca emociones sutiles y nos sumerge en el
ritmo de sístole y diástole del corazón humano, de alguna manera nos conduce a
la superficie de los pensamientos sencillos y transparentes compatibles con la
sensibilidad de los ávidos de poesía, porque su temática universal, como la
naturaleza humana, se remonta a los clásicos de la literatura; y, ha continuado
en la producción de todos los tiempos y será siempre la materia prima de los
poetas, mientras exista poesía.
La poeta Maribel Montero vive en Pineda de Mar dedicada
enteramente al arte y dirige el Taller Laberinto de papel. Es una mujer
sensible. Su voz en Ávida vida,
apegada al yo, toca la raíz de los sentimientos que nacen en poesía. Su
escritura se asienta en la estructura del conocimiento literario; pero, al mismo
tiempo, surge con el torrente del río que canta como sólo ella sabe hacerlo.
“La última batalla la libraste sola
los demás
cabisbajos
sólo pudimos decir amén
ante el misterio”.
Haydee Nilda Vargas (Hanivar)