sábado, 28 de julio de 2018




Poema sin título

Imagino un mundo (lo veo ya)
en el que todos avanzamos en la misma dirección
por diferentes vías como frascos herméticos
con su etiqueta, su fecha de caducidad,
cifrados en volúmenes aleatorios.
Ciegos, asediados por deudas contraídas, defectos y virtudes heredados
agitaciones, bacterias 
y condiciones más o menos óptimas para la conservación.
Delicados estuches, rodamos por cintas sinfín, chocamos en ocasiones
con riesgo de rompernos.
Pero ese instante es maravilloso
lo más parecido a tener un órgano, una piel casi olvidada.
En este vagar de ternura desteñida
que no descarta implosiones y explosiones feroces
una quisiera indagar en los fondos
saber si haces plofff al abrirte, o shhhhh o bummm o crash.
Si eres mermelada o veneno
Con hongos o burbujitas de sal y sol.
Son preguntas sin importancia. Desde un envase al vacío
no hay pruebas, sólo conjeturas.