domingo, 31 de diciembre de 2017



Nana.

Algo está a punto de ser revelado
bajo tus pestañas la luz es acuarela
y una estrella fugaz cruza tus ojos pórtico de catedrales.
Ellos sonríen con el temple de  los almendros
y la negación de las escamas en los cuerpos vivos.
Los narcisos redondean tu cara
que cede a los corderos y a las campanillas.
Todavía no hay ropaje que cubra
las habitaciones frías de tus mares nocturnos.
Sólo tienes brazos para alcanzar rostros de madre.
Algo está a punto de ser revelado;
en la lluviosa nana duerme mi niño
como loto protege su secreto.




viernes, 29 de diciembre de 2017


Mentirosos compulsivos


Qué fácil avivar una mentira
qué cansancio de estambre sostenido,
las coaguladas rosas del olvido
tejen coronas de virtud fingida.


Cuando el silencio puro te desvele
y no encuentres estrella ni alegría
más allá del arco, de la fuente fría
hallarás el azul que te consuele?

Sombra y sal, agua de la noria
buscarás la trascendencia de la rosa
donde teje la escarcha su victoria


Con la voz remota, sin historia
con la risa antaño luminosa
libras infiernos vestidos de gloria.


(Fotografías de un muro pintado por los niños del colegio Antoni Doltra, de Pineda de Mar)

domingo, 10 de diciembre de 2017

El aura

Tantas veces se nace y se muere...
y prodigas tu energía en ritos,
baladas que alimentan desde siglos
la calma de la repetición.
Nuevos himnos se añaden, y como el cisne
alzas la cabeza y te deslizas confiada.
En ese vals de ida y vuelta
reconoces tu grandeza, y el corazón
araña migajas para las siguientes venas.
Hoja zarandeada, disuelta en agua oscura,
arrastrada como fango violento hasta el túnel de toba
fuiste.
Hasta la intimidad de los átomos que transpiran dulzura.
El secreto está a salvo. Más allá del grito,
de la emoción soluble 
resplandece el aura en terciopelo.
No importa que las manos desesperen
las manos de tierra viva
tarde o temprano tendrán su pan servido
la música y los azahares
que trastocan los sentidos.
Y el nudo que tejes
será desatado en el juego de estaciones y hechizos
que desafían tu cuerpo.
La larva será indultada en la ceremonia azul de las estrellas
en el vaivén del aliento
y los zapatos del regreso.
Nada se crea ni se destruye.
Asumes la condición
de prórroga. Esa escalera
que es rama de noche te espera
con sus peldaños al aire.

.

sábado, 2 de diciembre de 2017







Hechizo




Aquel lodo sin purificar dejó un trébol de cuatro hojas inmóvil como un exilio.
Una ruta con cruces y panecillos aprovechados
una lenta consagración del fanatismo.
Los suspiros alcanzaban los espejos. No había otra pizarra más allá del miedo.
El miedo pervertía soportales con su exhalación corrupta, mientras las muchachitas paseaban cuadros escoceses y calores naranjas por encima de las rodillas.
Intento alcanzar su rostro invisible, su rostro indigente sin nobleza, y las capas sucesivas de una cólera callada.
Hay un hervor oculto, un signo extraviado de locura, trenzas y una remota capilla con la virgen impávida.
Un olor a cera encapsulada.
Hay una mutación de la hermosura en vértigo y de la pureza en óxido.
El terror a la disolución de la savia, anterior a nosotras, revoloteaba por las inmensas paredes lechosas del fondo.
El miedo era el trago inútil que bebíamos en el desayuno, con voces ecuménicas observando con lupa los coloretes adolescentes.
Deformación de la matriz estéril y subalterna, lavada por el martirio y el rescate del alma; su argumento consolidado por siglos tristes. Su vena cava en latente mordedura.
----------------
El trébol fue el amuleto contra los dioses, las máscaras y las vírgenes opacas.
Alcanzó la transparencia, rompió el fatal hechizo.